Álvaro Siza Vieira, arquitecto portugués, es sin duda el gran referente de la arquitectura portuguesa del siglo XX. Su nombre se asocia al de otros grandes arquitectos lusos, como Fernando Távora, maestro de toda una generación, o Souto de Moura. Para cuando Siza comienza a desarrollar su obra, la modernidad empieza a entenderse como una síntesis entre las necesidades y posibilidades del hombre, lo que se traduce en la búsqueda de un conjunto de reglas no establecidas a priori, que eviten reducir la arquitectura a un procedimiento único. El alejamiento conceptual de las vanguardias se hace evidente a través del análisis del lugar y de la confrontación del proyecto con la tradición y la participación ciudadana. La obra de Siza, ampliamente reconocida con los más altos galardones del mundo de la arquitectura, se ha asomado en numerosas ocasiones al territorio español. El edificio Zaida, primera obra de Siza en Granada, ha sido recientemente seleccionada para la gran exposición "Nueva Arquitectura en España" del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York. Intentaremos, a continuación, un breve recorrido por los valores que hacen de este edificio una pieza clave del patrimonio contemporáneo de la ciudad.El edificio Zaida no solo abarca el antiguo hotel, sino que recoge además una pequeña y reciente edificación posmoderna de poco interés y una hermosa casa patio del siglo XIX. Las premisas de partida son claras: reestructurar las proporciones y la escala que el edificio ha perdido frente a la ciudad que ha ido surgiendo a su alrededor. Establecer relaciones visuales con el paisaje circundante, convirtiendo al edificio en un punto vigía privilegiado sobre la ciudad de Granada. La recuperación de la casa patio, insertándola como un elemento más de la actuación. Por tanto, el nuevo Zaida es un edificio que sustituye a dos de las edificaciones existentes y engloba transformándola a una tercera. Y es aquí donde quizá radique su mayor interés, puesto que podemos entenderlo como una intervención enriquecedora, que aporta algo a la ciudad, a la vez que sustituye si prejuicios aquellos elementos que juzga necesario. Frente a la ciudad que desaparece, la buena arquitectura aporta una ciudad emergente que continúa el proceso sin fin de evolución urbana.
martes, 22 de septiembre de 2009
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